miércoles, 9 de diciembre de 2015

Muerde la Pasta, en Parque Oeste, restaurante en Alcorcón.

Buenas tardes:

Hoy os vamos a contar nuestra visita al Muerde la Pasta de Parque Oeste, recientemente inaugurado en la calle Luxemburgo 28922 Alcorcón Madrid. http://www.muerdelapasta.com/restaurantes/localiza-tu-restaurante/locations 

Este sábado decidimos ir a conocer este nuevo restaurante de la cadena Muerde la Pasta. Acudimos sobre las nueve de la noche, y llegamos a Parque Oeste desde Madrid por la A-5. No había demasiado tráfico por la zona para las fechas en las que estamos, y se pudo aparcar relativamente bien en el aparcamiento de la zona trasera del restaurante. 

Cabe decir que este restaurante se encuentra en un edificio independiente, no como otros restaurantes de la misma cadena que se encuentran dentro de los centros comerciales, con lo cual hay que pasar un poco de frío para llegar. Para los que no conozcáis esta cadena de restaurantes, son de tipo buffet libre, con una gran barra donde servirse y varias isletas donde hacer acopio de bebidas y postres. 

Al entrar en el local lo primero que te encuentras es una amplia zona de espera donde hacer cola, nosotros esperamos tres puestos, que se hicieron algo lentos puesto que la chica de atención tenía que explicar a los clientes el funcionamiento del restaurante. En este caso, hay diferencias con el resto de los demás Muerde la Pasta. La comida en los expositores está fría y tienes que meterlo tú en unos hornos programados para calentar durante 50 segundos la comida. 

Es este dato, el tener que calentar tu la comida, el que no solo lo hace diferente sino que lo hace peor. La comida tiene un aspecto menos apetitoso y además implica bastante pérdida de tiempo a los comensales. Supongo que la idea es ver si funciona y aplicarlo en el resto de Muerde la pasta. El objetivo imagino que será evitar tener que renovar la comida que se va quedando fría como pasa en el resto de sus restaurantes, evitando derrochar esos alimentos. No obstante esto produce que tengan que destinar al menos una persona para limpiar constantemente los hornos, y puedo asegurar que sin demasiado público era incesante tanto el trasiego como el ensuciar de estos aparatos. 

Otro apunte diferenciador era la decoración, normalmente estos restaurantes tienen motivos italianos, y zonas separadas con tabiques de obra, en este caso se mantenía esa distribución, pero la iluminación estaba compuesta por múltiples lamparas con grandes bombillas, que si bien no iluminaban demasiado si que le daban un aire ligeramente tétrico, unido a un suelo deliberadamente envejecido. Los asientos y las mesas eran de tres tipos diferentes, sillas y mesas, butacas y mesas, y por último asientos de parque y mesas. En estos últimos nos sentamos y pudimos observar que tanto el asiento como la mesa estaba anclada al suelo, esto hacía bastante incómodo el tener que acercarte constantemente para comer sin mancharte. En este restaurante, además había cubiertos y servilletas puestas encima de las mesas, cosas que en otros Muerde la Pasta, tienes que ir tu a buscar a esos islotes. 

La bebida, que va incluida en el precio, hay que servirla uno mismo. Se puede encontrar diferentes tipos de agua, fria, normal, con gas, cerveza y cerveza sin, zumos, vino, y máquina de refrescos varios con expendedor de hielo.

La comida, como ya he adelantado antes era de igual calidad, pero de peor presentación que en otros muerde la pasta. Hablaré de uno de mis platos favoritos de estos restaurantes, los canelones, me temo que han perdido bastante en este restaurante, no por el producto en sí, sino por el tener que calentarlos. Esto provoca que parte del canelón quede literalmente ardiendo mientras que otras partes continúan frías. Esto es una constante en todos los platos a calentar, como los macarrones gratinados o la lasaña. En general la variedad de pasta, era buena, pero menor que por ejemplo que en el restaurante de Xanadú. 

Las pizzas eran buenas, y afortunadamente estaban servidas ya calientes y no había que hacer uso del horno, su masa era esponjosa y su población de ingredientes suficiente y sabrosa. 

Las productos de carne dejaban mucho que desear, por culpa de tener que calentarlos en horno. Concretamente la ternera hecha con vino tinto, por desgracia parecía una suela de zapatilla. 

Uno de los grandes aciertos y hay que reconocerlo que tiene este Muerde la pasta son sus patatas fritas, en este caso más parecidas a las del Mc Donalds que a las que suelen poner en otros Muerde la pasta, son servidas en conos monodosis, que dan gusto coger. Afortunadamente no hay que calentarlas en los infernales hornos. 

En cuanto al postre tenían lo acostumbrado por esta cadena de restaurantes, helados de máquina, con posibilidad de condimentar con siropes y trocitos de diferentes cereales y galletas, maquina de nata montada, cubos de dulce de leche o chocolate fundido, frigorífico con natillas, máquina de cafés, madalenas pequeñitas, tarta de queso, brownie, donuts de chocolate... Tal vez uno de sus mejores argumentos para convencer a cualquiera sea la variedad en postres que dispone esta cadena de restaurantes.

Puntos fuertes:

  1. Sus pizzas, como siempre
  2. Monodosis de patatas fritas
  3. Variedad de postres
Puntos débiles:
  1. Tener que calentar los alimentos en el horno
  2. Ternera al vino tinto
  3. Decoración
Nota final: 5

Fdo:

Dr. Hambriento


1 comentario:

  1. Añadir que la higiene estaba bastante cuidada. La gente es bastante descuidada y tira la comida por todas partes, pero siempre hay cerca un camarero que lo recoge al momento.
    Sobre los baños no puedo opinar porque no los usé.

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